Otoño, estación de melancolía, de embriagadora sensación de amores y desamores, estimulada de pasión por la vida y por el pensamiento que desata incertidumbre. Efímero, cargado de síntomas que hacen sentir cuerpo y mente de manera especial, ávidos de nuevas expectativas maduradas en el descanso estival a la espera de ser materializadas. Fin de una época y principio de otra, relaciones de cualquier índole se tambalean sin saber a ciencia cierta donde y cuando, con el destino saturado de mentes en rebeldía , inestables e inseguras de saber cual será el resultado de tan compleja decisión a sabiendas que tiene que ser muy pronto, muy rápido, sin dolor. La hoja seca recorre su verticalidad en la dirección que ordena el viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Bienvenido a este blog!
Antes de nada, agradezco tu interés por comentar esta entrada.
Eres libre de expresarte respetuosamente.